Marrakech

Las cosas simplemente suceden en Marrakech. En un momento usted está sentado a una hamburguesa de camello, el siguiente usted está charlando con un encantador de serpientes. Los mercados laberínticos son el lugar perfecto para perderse, pero encontrar un recuerdo marroquí o tres.

Una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, Marrakech fue fundada en el siglo 11 en el cruce de las antiguas rutas de las caravanas de Tombuctú y pronto se convirtió en un centro vibrante para el comercio. En contraste con el magnífico telón de fondo de las montañas del Atlas, su ciudad amurallada es un laberinto de estrechas callejuelas bordeadas de edificios medievales. La plaza principal, el Djemma el Fna, es el corazón de la ciudad y un frenesí de color y actividad con artistas, acróbatas, encantadores de serpientes, músicos y puestos de comida. Los callejones laberínticos y zocos que rodean la plaza cuentan con cientos de puestos que ofrecen todo tipo de productos, incluyendo alfombras, cuero, joyería, especias, alfarería y cerámica. Vale la pena salir de los encantos de la vieja ciudad de vez en cuando para experimentar los bares, restaurantes, galerías de arte y de precio fijo boutiques de la ville nouvelle (ciudad nueva). Los jardines de estilo de Yves Saint Laurent, Jardin Majorelle, también proporcionan un contraste tranquilo para la vitalidad del centro antiguo de la ciudad. Otros sitios importantes de Marrakech incluyen la Mezquita Koutoubia, visible por toda la ciudad con su minarete 77 metros, el Tumbas Saadian, el Palacio Badi y el Palacio de la Bahía